lunes, 25 de marzo de 2013

¿Que ha hecho el kendo por mi?

Se que en un principio la entrada que correspondería ahora sería la de post examen, pero antes de publicarla dejaré que se asiente un poco más en mi cabeza.

El caso es que quería hablar de unas reflexiones que he tenido en muchos momentos de mi corta andadura del budo. He puesto la palabra kendo en el titulo pero realmente no ha sido solamente el kendo lo que ha influido en como soy ahora.

Mi primer maestro en artes marciales fué Arturo Fernández, maestro de judo, grandísima persona y creo que no miento al decir que también es amigo mio. Arturo es la persona más íntegra que he conocido nunca. Justa, paciente, un pedagogo excepcional... simplemente acabaría antes diciendo que es un budoka, un auténtico seguidor del bushido en todas y cada una de sus virtudes. Sin embargo, nunca le oí hablar sobre este código, sencillamente se comporta conforme a el.
Cuando llegué al centro cultural japonés Tora a practicar iaido y más tarde kendo, venía con una gran ventaja y era el ejemplo de este gran hombre. Recuerdo que en mi examen de segundo dan de judo le pregunté si me veía preparado y me contestó: "No tendrás problemas, tú eres muy marcial". Creo que en ese momento no entendí en toda su extensión lo que me dijo. Era marcial porque él se comportaba así, siempre de una corrección intachable, con un zanshin casi palpable, en definitiva, como un samurai del siglo XX.
Y nunca habló del bushido.

He conocido otros maestros y muy buenos, pero quizá, Arturo por ser el primero me marcó profundamente en mi forma de ser. También he conocido otros no tan buenos, pero de ellos también he aprendido algo, aprendí a no hacer lo que no se debe hacer. Esta frase que parece una perogrullada es un lema de una academia de kendo en Japón (lamento mi mala memoria, pero no recuerdo el nombre) y es suficiente para solucionar muchos problemas que se nos planteén en el dia a dia.

En kendo he tenido la suerte de encontrar otro maestro excepcional. Con esa misma actitud de samurai, que no habla de bushido pero se comporta en las condiciones que este dicta. Si, Pelayo, eres tú.
A ellos dos tengo que agradecerles muchas cosas de como soy ahora y no me refiero a cuestiones técnicas si no a la forma de enfrentarme a la vida.

Asi que, me veo en la obligación de intentar seguir sus pasos o mejor dicho su forma de caminar, porque un maestro no te señala el camino a seguir sino que te ayuda como guía. Espero devolver aunque solo sea una pequeña parte de lo que ellos me han dado a otras personas.

Hablar del bushido está bien pero mejor es seguir sus virtudes y que la gente lo conozca por tus actos.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. El bushido como tal no deja de ser más que un código ético de comportamiento y no necesariamente marcial.
    A veces es curioso recordar ejemplos de bushido en maestros de matemáticas, de gimnasia o de música.

    Un punto común es que no suelen hablar mucho sobre cómo hay que comportarse. Normalmente son de pocos sermones y predican más con el ejemplo que es mucho más tozudo, humilde y honesto que las palabras.
    Hay que tener muchos güevos para ser un maestro.

    ResponderEliminar
  3. AMÉN AL ÚLTIMO PÁRRAFO, COÑES.

    ResponderEliminar